Lo que necesitas
Dejar de ser pesimista sería salir de la realidad para mí, la verdad es que la navidad y el fin de año a diferencia del resto de personas; me deprime. En especial el fin de año, porque siento que aquello que me había planteado lo hice a medias, no lo hice o simplemente ni lo intenté. A esto me refiero con ser pesimista; si bien es cierto he logrado ciertas metas, el corazón se me encoje y pienso en lo que no y sus porqués.
Esta época no es sana para mí, he sentido que sin duda este año no lo es. Al comparar con el pasado siento que este no he hecho nada, mi vida se ha marcado bajo una rutina hace tiempo establecida, sin darme el lujo de ninguna escapada. Me estoy hartando de la poca complejidad de mis días y de lo fácil que me ha resultado todo. La verdad es que a pesar de la dureza que he tratado de demostrar, en Diciembre el doy un espacio a la vulnerabilidad.
Este año me he llenado de caprichos, monetarios, sentimentales, personales y demás. He ido por lo que he querido sin ningún obstáculo, he vaciado mi necesidad efímera y me he sentido satisfecha sin ningún remordimiento del sentimiento futuro. He reído mucho y estado alegre casi siempre, más feliz muy poco. Estos 365 días he sido egoísta conmigo misma, he sido conformista y no he luchado por lo que necesito; ni si quiera me había dado el tiempo para pensar en ello… tenía que llegar al día 360 para empezar a hacerlo.
De nada me ha servido llenarme de cosas, de lujos, de gente que va y viene, de noches memorables de tiempo determinado; si aquello que podría en verdad llenarme el espacio entre el cielo y la tierra no lo tengo, si la sonrisa que se me cae de vez en cuando no se me ha pegado por completo, si no he reído lo suficiente, si no he bailado hasta cansarme, si no he soñado lo imposible, si no he amado lo necesario…
Es hora de ir en busca de aquello que necesitas y no de aquello que simplemente deseas por puro placer….
Esta época no es sana para mí, he sentido que sin duda este año no lo es. Al comparar con el pasado siento que este no he hecho nada, mi vida se ha marcado bajo una rutina hace tiempo establecida, sin darme el lujo de ninguna escapada. Me estoy hartando de la poca complejidad de mis días y de lo fácil que me ha resultado todo. La verdad es que a pesar de la dureza que he tratado de demostrar, en Diciembre el doy un espacio a la vulnerabilidad.
Este año me he llenado de caprichos, monetarios, sentimentales, personales y demás. He ido por lo que he querido sin ningún obstáculo, he vaciado mi necesidad efímera y me he sentido satisfecha sin ningún remordimiento del sentimiento futuro. He reído mucho y estado alegre casi siempre, más feliz muy poco. Estos 365 días he sido egoísta conmigo misma, he sido conformista y no he luchado por lo que necesito; ni si quiera me había dado el tiempo para pensar en ello… tenía que llegar al día 360 para empezar a hacerlo.
De nada me ha servido llenarme de cosas, de lujos, de gente que va y viene, de noches memorables de tiempo determinado; si aquello que podría en verdad llenarme el espacio entre el cielo y la tierra no lo tengo, si la sonrisa que se me cae de vez en cuando no se me ha pegado por completo, si no he reído lo suficiente, si no he bailado hasta cansarme, si no he soñado lo imposible, si no he amado lo necesario…
Es hora de ir en busca de aquello que necesitas y no de aquello que simplemente deseas por puro placer….
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