Mi relación con la muerte

Me cuesta decirlo, pero le tengo pavor a la muerte!!! No se, esa sensación de frío, de oscuridad, de llanto, de tristeza... me hace pensar que no quiero que llegue el día en que mi alma vuele y mi cuerpo ya deje de existir.  Y es que he tenido tanta cercanía con la muerte que a través de los años me ha dado esa fea sensación.

Todo empezó cuando tenía 7 años y murió una de mis hermanas, era tan solo una bebe de 2 meses que dejó de respirar cuando su nariz se apegó mucho a la almohada y obstruyó sus fosas nasales, a esto se lo llama muerte de cuna y suele pasar.  Pero una niña tan pequeña como yo no entendía que era lo que pasaba, no entendía porque a alguien tan pequeña le tuvo que pasar eso, recuerdo que fue en la noche y que mis papas nos habían dejado donde mi abuela ya que ellos habían asistido a un velorio; no se porqué pero esa tarde tuve un presentimiento muy fuerte y por ello rogué a mi mama que se lleve a mi hermanita, ella no lo hizo! A veces pienso que si me hubiera hecho caso, nada de esto hubiera pasado.

No tiene al caso que tratemos de pensar que hubiera pasado si, ya lo hecho, hecho está.  Esa fue una decisión del destino, ahora Carla hubiera ido a cumplir 17 años; seguro es un ángel que nos cuida desde el cielo.

La 2da experiencia que tuve fue con mi tía, ella era una mujer muy trabajadora, soltera y sin hijos.  Tenía diabetes y nunca se cuidaba, creo que eso fue el peor error de su vida.  Vivía con mi abuelita y tras una caída en donde se fracturo el brazo, fue internada en el hospital; y tras una semana de complicarse el cuadro clínico, un paro cardio respiratorio apagó su vida.  Aunque su muerte me afectó mucho, fue el cuadro doloroso que vi en mi abuela lo que más me dolió.  El hecho de que ella viera como su hija se le iba de las manos, que se iba antes que ella, me afectó de sobre manera.  Esa ley de la vida en que los padres deben morir primero, no se cumple !!!

Y la última experiencia fue con mi abuelita, aunque con ella fue también doloroso, estaba ya más hecha a la ida de que se iba a ir.  Yo ya era mas grande y ella ya era una persona bastante mayor que se encontraba enferma.  Mi más grande recuerdo de su partida no es algo feo, mas bien es algo lindo; cuando ella estaba en el hospital sin poder casi hablar, mi hermana y yo estábamos sentadas al filo de su cama, recostada ella y con la mirada fija hacia nosotros, movió sus manos como si estuviese tocando el piano.  Sabíamos que significaba, su piano, un regalo de su padre traído desde Alemania en barco de mas de 100 años, era para nosotros; era la recompensa por haber pasado horas sentadas al frente de el.

Pues bien, esa es mi triste y fea relación con la muerte, a pesar de que día a día lucho para no tenerle miedo, no lo consigo!  Se que es la ley de la vida, pero aún sueño con el día en que me duerma en aquel sueño profundo y me aterra pensar como será, que dejaré por detrás...

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